
Residentes de La Molina, algunos con más de tres décadas en el área, han expresado que no están en contra de recibir nuevos vecinos, sino de las posibles consecuencias en cuanto a la infraestructura que el aumento poblacional podría generar. Este exclusivo distrito de Lima, donde el costo del metro cuadrado puede llegar hasta los 1,200 dólares, podría enfrentar serios problemas debido a un ambicioso proyecto urbanístico que podría alterar la tranquilidad de la zona.
La municipalidad ha descrito la situación como “una bomba para La Molina”, ya que en el cerro de Rinconada del Lago se proyecta la construcción de viviendas para albergar hasta 11,000 familias en un área de 870,000 metros cuadrados. Los actuales residentes han levantado su voz de preocupación, temiendo que este desarrollo pueda traer consigo problemas de congestión y falta de servicios.
Los vecinos destacan que su preocupación no radica en la llegada de nuevos habitantes, sino en las carencias en infraestructura que podría ocasionar este desarrollo. “Si resuelven el tráfico y se implementan vías adecuadas, no habría inconvenientes”, señaló uno de los residentes.

¿Riesgo de colapso en los servicios?
El proyecto urbanístico en el cerro no solo ha generado preocupación entre los vecinos, sino que también ha levantado dudas respecto a la legalidad de su adquisición. En 2009, un grupo de inversionistas compró el cerro por la sorprendente suma de 20,000 soles. La operación, realizada en una notaría de Yurimaguas, ha sido duramente cuestionada, especialmente tras descubrir que dicha notaría ya no existe, lo que ha generado suspicacias.
Ahora, la decisión sobre el futuro de este proyecto recae en la Municipalidad de Lima y el Instituto Metropolitano de Planificación, quienes deberán determinar si la propuesta cumple con los requisitos técnicos exigidos. Sin embargo, la incertidumbre sigue rondando a los residentes, quienes temen que la urbanización del cerro cause un colapso en la calidad de vida en la zona. «La presión sobre nuestros servicios y el tráfico ya es insoportable», advierten los vecinos, preocupados por el impacto que este cambio podría tener en la infraestructura del distrito.
